Sunday 8 October 2017

JUEGO SOBERANO: COMO SOLUCIONAR CONFLICTOS DE SOBERANÍA (PARTE 7 DE 21)


Gente real versus gente ideal

Vamos a suponer que las personas en Khemed, Syldavia y Borduria son libres y racionales. En consecuencia, cada uno de los representantes es libre y racional. Es decir, pueden decidir lo que quieran sin que se les imponga acción, omisión o modo de pensar alguno. Además, entienden lo que hacen o no hacen y las consecuencias así como sus acciones y omisiones. Finalmente, la gente de Khemed, Syldavia y Borduria se cumple con su palabra. No necesitan hacer promesas. Cuando llegan a algún tipo de acuerdo, cumplirán la decisión.

Para el lector medio, puede ser evidente que el párrafo anterior tiene un poco de ironía. “¿Por qué?”, uno puede preguntarse. Si asumimos que las personas en nuestra historia son libres, racionales, cumplen con su palabra y conducen negociaciones para poner una solución al conflict o disputa de soberanía relacionado con Khemed, puede que lleguen a un acuerdo. Si lo hicieran, en consecuencia sería un acuerdo que cualquier ser libre y racional tendría que cumplir.
Hasta ahora tiene sentido, usted todavía puede pensar. Pero lo que el lector medio no puede ver es el hecho que esto pretende mostrarnos cómo la gente real en casos reales se relaciona con conflictos o disputas de soberanía como Jerusalén, Cachemira, Malvinas, islas Kuriles, Cataluña, Tíbet, Gibraltar y muchos otros. Ésto es, no pueden ser libres ni racionales. Además, puede no ser tan evidente en estos escenarios que en caso de alcanzar un acuerdo en las negociaciones, este acuerdo sea cumplido.


¿Porqué es eso? Muy brevemente:
En primer lugar, la forma en que las partes reales entran en las negociaciones en conflictos o disputas de soberanía reales puede ser diferente. En otras palabras, no todas las partes en conflictos o disputas de soberanía real son libres de presentar sus argumentos y, en la mayoría de los casos, hay situaciones comparativas de negociación desiguales¾ colonialismo, neocolonialismo o simplemente imposición y dominación pueden haber terminado hace mucho tiempo según el derecho internacional, pero aún son parte de la realidad política. Asímismo, las personas reales pueden ser racionales en cierta medida, pero no todas las personas son capaces de desprenderse de sus emociones y pasiones al discutir conflictos o disputas de soberanía. De hecho, en muchos casos este tipo de disputas está muy cerca del corazón de algunas de las partes.
En segundo lugar, las personas reales pueden estar de acuerdo con el acuerdo final y lo que esto implique. Del mismo modo, la gente real puede que no. Hemos asumido que Khemed, Syldavia y Borduria son pueblos de gente auto-interesada. Pero eso no significa que sean egoístas. Hay una sutil diferencia entre ser auto-interesado y ser egoísta. El primero implica que entre tú y yo, si tengo que elegir en una situación en la que sólo uno de nosotros puede resultar en una victoria, voy a elegirme a mí mismo. Sin embargo, esto no significa o implica que yo lo dañaré o lo mantendré alejado del daño. En el caso extremo, si su vida y la mía estubieran en peligro, elegiría salvar la mía. Pero no tomaría su vida para hacerlo. Hay un límite a mi comportamiento. Ser egoísta, sin embargo, significa que podría dar un paso adelante en una situación extrema, ya que no lo tomaría en cuenta como otro ser. Si fuera egoísta, usted resultaría para mi solamente otro medio para un fin.

Suficiente teoría por ahora. El punto es claro. La gente real incluye estos dos y muchos otros casos límite, desde alguien que puede ser completamente desinteresado hasta alguien que es el epítome del egoísmo. Esto es particularmente importante en conflictos o disputas de soberanía, porque a menudo las partes consideran que "la victoria para nosotros es verlo sufrir."


Tolerancia

La gente puede ser desinteresada, auto-interesada o egoísta. Pero todos vivimos en comunidades. Las interrelaciones tanto a nivel del individuo como al nivel del estado son posibles debido a un cierto valor: la tolerancia. En principio, puede parecer que la soberanía y la tolerancia están lejos de estar relacionadas. A primera vista, la soberanía implica imperio absoluto o poder supremo sobre un territorio dado y su población. Por el contrario, la tolerancia debe estar presente en los casos en que un individuo o un grupo pretende imponer puntos de vista, acciones (o cualquier otra cuestión) a otra persona porque se considera diferente en cualquier sentido. En lo que importa a nuestro conflicto de soberanía, cada partido objeta o desaprueba las reclamaciones de su oponente sobre Khemed. Al incluir tolerancia, estas partes estarían al menos de acuerdo con el respeto recíproco. ¿Hasta qué punto puede extenderse este tipo especial de tolerancia internacional?
A primera vista, la tolerancia parece implicar obligaciones negativas en la forma de no hacer, no interferir con otra persona. De manera similar, a nivel internacional, tenemos los principios de no interferencia, no intervención e integridad territorial. En este sentido, omitir hacer algo puede tener un sentido fuerte o débil dependiendo de varios factores como el conocimiento, el poder, intención. Los niveles de omisiones son los siguientes:

1. No hacer, sin saber que puedo hacer, no teniendo el poder de hacer (versión más débil).
2. No hacer, sin saber que puedo hacer, teniendo el poder de hacer.
3. No hacer, sabiendo que puedo hacer, teniendo el poder de hacer.
4. No hacer, sabiendo que puedo hacer, teniendo el poder y la intención de hacer, evitando hacerlo (versión más fuerte).
5. Hacer, sabiendo que puedo hacer, teniendo el poder y la intención de hacerlo, tratando de hacerlo, pero sin un resultado (intento).

Adaptado a los conflictos de soberanía, se pueden observar omisiones como lo que en las relaciones internacionales se denomina como no interferencia. Al igual que en los diferentes niveles de omisiones, la no interferencia también está directamente relacionada con el conocimiento, el poder y la intención. A partir de ahí, los diferentes niveles de no interferencia son los siguientes:

1. No interferencia, sin saber que puedo hacer, no teniendo el poder de hacer.
2. La no interferencia, sin saber que puedo hacer, teniendo el poder de hacer.
3. No interferencia, sabiendo que puedo hacer, teniendo el poder de hacer.
4. La no interferencia, sabiendo que puedo hacer, teniendo el poder y la intención de hacer, evitando hacerlo (el caso de los conflictos de soberanía).
5. Interferencia, sabiendo que puedo hacer, teniendo el poder y la intención de hacerlo, tratando de hacerlo, pero sin un resultado.
6. Interferencia.

De la lista anterior, la opción que se llama "el caso de los conflictos de soberanía" es la que mejor describe la situación en la que están Khemed, Sydlavia y Borduria. Los tres tienen el poder de actuar sobre Khemed, el conocimiento de la existencia de ese territorio, el metal raro, y sus oponentes y se abstienen de ejercer plenamente sus derechos reclamados. Con todo esto en mente, ¿qué tipo de forma o nivel de tolerancia los representantes necesitan para pasar del juego de suma cero o juego de suma no cero en relación a conflictos o disputas de soberanía como Khemed?

Lo primero que tendrán que acordar los representantes es el procedimiento que seguirán en las negociaciones. Nuestro próximo post introducirá el primer punto de discusión en las negociaciones: la regla aplicable para resolver conflictos o disputas de soberanía.

Jorge Emilio Núñez

09 de Octubre de 2017

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